En nuestro estudio del libro de Rut hemos visto a los principales personajes como personas de oración y de fe. Como dice David Atkinson en su comentario sobre Rut*:
<<Cada aspecto de la vida, desde la miseria al gozo, desde la rutinaria a lo extraordinario, el trabajo diario y los intercambios sociales, al igual que los momentos muy privados, se vive en la fe que Dios está ahí y que Dios se preocupa…>>
Ellos vivían unos 1000 años antes de Cristo y oraron confiando en la gracia de un Dios quien los había rescatado de la esclavitud en Egipto con grandes milagros – un Dios quien los había escogido para ser su pueblo de entre todas las naciones y quien mostraba su favor cuando lo buscaban, pero retraía su favor cuando desobedecían.
Ahora, nosotros, tenemos una gran ventaja sobre ellos. Podemos orar en el nombre de Jesús. Vivimos en un tiempo cuando Dios ha mostrado su favor y su disposición de perdonar y bendecirnos en una manera definitiva. Nosotros podemos orar a la luz de la cruz. Romanos 8:31-32 dice:
<<¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?>>
Orar <<en el nombre de Jesús>> significa, entre otras cosas, que le decimos a Dios, <<no me contestas porque soy digno o porque merezco que me respondes, sino contéstame por causa de tu Hijo quien murió; quien se entregó por mí>>
Suelo escuchar oraciones que piden una bendición por alguien a base de cuan buena es aquella persona. Por ejemplo, <<Padre, pedimos que sanes a hermano Juancito. Tú sabes como él te sirve, como nos ha bendicido y cuanto trabaja para ti…>> Esta oración está pidiendo que Dios actue en el nombre del mismo Juancito y aunque sea una oración de corazón sincero, está equivocada, porque ninguno merecemos una respuesta de Dios… ninguno con excepción a Jesús.
Nuestra confianza no depende de como me he portado esta semana sino de que Cristo vivió una vida perfecta y por fe su justicia está acreditado a mi favor. Cuando oramos en el nombre de Jesús le decimos a Dios, << recibe mi oración como si fuera la petición de tu Hijo>> y por eso tenemos confianza que Él nos escucha.
<<Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.>> Hebreos 4:16
* David Atkinson, The Message of Ruth (El Mensaje de Rut) de la serie The Bible Speaks Today (La Biblia Habla Hoy) por Inter-Varsity Press, 1984